sábado, 13 de enero de 2018

Economía durante la dictadura de Francisco Franco.

El franquismo es un periodo histórico comprendido desde 1936 donde España se encontraba políticamente bajo la dictadura personal del general Francisco Franco que concentraba el poder legislativo y ejecutivo, además del mando superior del ejército y del partido único. Franco ejerció su poder de manera directa y personal.
En todo este periodo se distinguen dos etapas fundamentales, una primera etapa autárquica y una segunda etapa caracterizada por los planes de desarrollo,separadas por el trienienio 1956-1959.
El desarrollo económico de esta década conlleva una transformación importante de las mentalidades y el deseo de una mayor apertura política del sistema.
La crisis del petróleo en 1973 y el auge de las manifestaciones obreras acentúan el declive del régimen. La muerte de Franco en 1975 supone el fin biológico del sistema, los intentos por prolongarlo tras su muerte no tendrán éxito y la concertación entre las fuerzas reformistas del interior y la oposición desembocarían en la democracia.

La economía española durante el franquismo tiene tres etapas bien diferenciadas. La primera es la etapa de la autarquía (1939-1950), caracterizada por la depresión, la dramática escasez de todo tipo de bienes y la interrupción drástica del proceso de modernización y crecimiento iniciado por el Gobierno de la República. En la segunda etapa (1950-1960) se produce una vacilante liberación y apertura al exterior que genera un despegue económico. Por último, entre los años 1960 y 1974 la economía española se ve favorecida por el desarrollo económico internacional.

La primera etapa de autarquía desde 1939 a 1958 se caracteriza por las cartillas de racionamiento, el mercado negro y un periodo de hambre derivado de esto.

Cartilla de racionamiento.
Original aquí.
Por autarquía se entiende el deseo de reducir al máximo posible las importaciones, de forma que puedan potenciarse los recursos nacionales, buscando la autosuficiencia. Solamente se importaba lo que resultaba estrictamente necesario lo que desembocó en un estancamiento del crecimiento económico por lo que se redujo la competitividad económica. Este periodo autárquico se agravó cuando España quedó excluida del Plan Marshall por colaborar con las potencias derrotadas.

El Estado se convirtió en intervencionista fijando precios lo que, por ejemplo, en el sector agrícola resultó ser una medida devastadora ya que se fijaban precios por debajo de los precios de equilibrio de oferta y demanda lo cual provocó en un descenso de producción y de oferta. A este problema el régimen intentó dar solución a través de las cartillas de racionamiento desde 1939 para distribuir los productos de primera necesidad que empezaban a escasear.
Como consecuencia surgieron los estraperlistas y el mercado negro que duplicaban e incluso triplicaban el valor de estos productos.

En conclusión, este periodo autárquico terminó siendo negativo debido a que en un primer lugar la falta de capitales y economía causó la disminución de la productividad al igual que ocurrió con la agricultura
En esta tabla podemos observar la evolución de la renta y la población durante la época autárquica, se aprecia que los términos descienden durante los últimos años y sufre algún ascenso de los término en algunos años aunque a los siguientes vuelven a descender.


La segunda etapa está caracterizada por el plan de estabilización el cual supuso el final del aislamiento económico de España gracias a los acuerdos llevados con Estados Unidos. Los intercambios con el exterior se agilizaron y los precios se mantuvieron estables.
Hubo una notable mejora en la balanza de pagos con  la devaluación de la peseta que provocó el incremento del turismo y redujo el déficit comercial.

Pero no todo fueron efectos positivos, hubo un gran aumento del paro con lo que la renta anual decreció notablemente lo que se traduce en una masiva emigración aunque este factor también fue importante ya que los ahorros enviados a España de los emigrantes ayudaron a consolidar el proceso de liberación de la economía nacional.

En conclusión, después de diez años de la puesta en marcha del primer Plan de Desarrollo, España abandonó el atraso producido por la autarquía y se posicionó entre los países desarrollados.
Este desarrollo de la economía a partir de los años 50 puede plasmarse en este gráfico.
La tercera fase está comprendida desde 1960 hasta 1975 y supone la legitimación del régimen franquista en el exterior.
Durante este periodo se aprueban tres Planes de Desarrollo de duración cuatrienal donde los principales beneficiarios fueron la banca y los grandes grupos industriales aunque el evento destacable de esta época fue la firma del Tratado de Asociación con el Mercado Común en 1970. 
Aunque la otra cara del desarrollo español fueron las desigualdades personales en la distribución de la renta y el mal reparto regional de los logros de la economía como consecuencia surgieron potencias industriales en Valladolid, Vigo Zaragoza y Burgos pero las dos Castillas, Aragón, Extremadura y Andalucía no se habrían desarrollado y aún no habían logrado salir de su atraso.

Por último en 1976 se suprimió el Ministerio del Plan y se abandonó la planificación de la economía a través de Planes de Desarrollo.



Rocío Mharie Morcillo Mensalvas.

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